“El cambio más dramático en nuestra economía global está a punto de ocurrir entre 2016 y 2020”, escribe Peter Diamandis en su blog. Predice que durante este periodo entre tres y cinco billones de personas tendrán acceso a internet por primera vez. Muchos de ellos viven en India, África, China y en países en vías de desarrollo, y, si bien su poder adquisitivo es relativamente bajo, su impacto combinado sobre la economía global puede ser inmenso.
Diamandis se refiere a este grupo como “the rising billions” (“billones emergentes”), y sugiere que se lleve a cabo un debate serio sobre su impacto en la economía global.
Estos nuevos usuarios de internet tendrán acceso en una era en la que lo digital es mucho más sofisticado que antaño. En occidente utilizamos las primeras conexiones analógicas (módem) hace 20 años, cuando la potencia de procesamiento de los ordenadores era mucho más baja. África ya ha sido testigo del impacto de la telefonía móvil, la cual ha dado acceso a servicios bancarios -sobre todo micro-créditos-, con gran fuerza transformadora en muchas comunidades.
La perspectiva de que siete billones de personas se conecten financiera, intelectual y competitivamente provocará una explosión en innovación, según Diamandis. Se necesitarán nuevos productos para estos “rising billions”, productos que cubran sus necesidades. Algunos de los mejor situados para identificar estos nuevos productos son personas que viven en países en vías de desarrollo, las cuales deberían constituir la cresta de una nueva ola de emprendedores.
Mark Zuckerberg, fundador y presidente de Facebook, ha creado la web Internet.org conjugando la tecnología más avanzada para la mejora de la conectividad. Para ello encargó un informe a la consultora Deloitte sobre la beneficios económicos y sociales de dicha conectividad. Aquí tenemos algunos ejemplos de sus resultados, basados en la premisa de que los países en vías de desarrollo contarán con una conexión a internet equivalente a la de los países desarrollados.
Hay tres grandes retos a la hora de optimizar los beneficios que se derivarían de conectar a los “rising billions”:
Hay obstáculos que vencer, en particular el establecimiento de una estructura política apropiada para una cooperación global, pero todos deberíamos empezar a plantearnos esta nueva era, que ya está amaneciendo ante nuestros ojos.