La mayor aspiración de las empresas es contar con colaboradores que den lo mejor de sí –de manera voluntaria– y no se limiten solamente a cumplir con lo que se les requiere. Lograr ese estado positivo del colaborador es, precisamente, el propósito del engagement.
La gestión de esta variable requiere comprender los alcances y dimensiones de este concepto. ¿A qué alude exactamente el engagement? ¿Va más allá del compromiso del colaborador? ¿Cómo gestionarlo?
Según comentó Lizette Alalú, Directora de Operaciones de Great Place To Work Perú (GPTW) para Info Capital Humano, “el engagement es ‘ponerse la camiseta’ de la empresa y consiste en fidelizar al colaborador para que se apasione por su trabajo y la organización”.
«El engagement crea una relación positiva entre la organización y el colaborador. Los colaboradores “engaged” son más apasionados y productivos, y tienen una mejor actitud en su centro de trabajo».
«(…) Los estudios demuestran que un trabajador comprometido es más productivo y está dispuesto a dar la milla extra. Además, es una persona que se adhiere a los valores de la empresa y termina siendo un buen embajador de la marca», complementa Úrsula Franco.
«Porque el engagement no mide satisfacción, evalúa aspectos más profundos: orgullo, pertenencia, identificación de propósito, desarrollo de carrera, tipo de liderazgo, entre otros. Queremos saber cómo esos conceptos influyen en la decisión del empleado de seguir vinculado con la empresa y cómo lograr sintonía con sus intereses», precisa Gabriela Corvetto.
Entender qué diferencia a los líderes inolvidables.
La actitud del líder en conversaciones sinceras.
Manejo de preguntas de descubrimiento.
Herramienta CAPS: para conocer a tu equipo.
Escuchar en múltiples niveles.