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Si las elecciones estadounidenses se celebraran hoy, Hillary Clinton sería nombrada la presidente número 45 de Estados Unidos. Sin embargo, las elecciones no son hoy y las encuestas, los medios de comunicación y, sobre todo, las élites han estado equivocados respecto a Donald Trump. La clave de estas elecciones no son los candidatos a la presidencia, sino principalmente sobre qué representan.
La trayectoria de Clinton está marcada sus vaivenes en cuanto a su postura ante distintos asuntos, lo que explica la falta de confianza en ella. La candidata está haciendo una campaña política tradicional, con fuerte inversión económica, en personas, encuestas, apoyos políticos, así como gran gasto en publicidad y eventos minuciosamente organizados.
Donald Trump tiene su propio estilo: extrovertido y con temperamento volátil, sombras de narcisismo y discurso autoritario y populista, prescinde de la ideología en su campaña. Al menos, no la pone como eje del discurso; se centra en su propia figura.
Ante esta inusual carrera presidencial, este artículo repasa los distintos factores que pueden influir en la opinión de los votantes hasta el 8 de noviembre.