El viaje oficial del presidente español, Mariano Rajoy, a Brasil y Uruguay, los próximos días 24 a 26 de abril, reviste una importancia significativa porque intentará engrasar las negociaciones entre la Unión Europea y Mercosur en un momento en el que el Gobierno español se ha incorporado al denominado núcleo duro de la UE –con Alemania, Francia e Italia– y asumido la necesidad de que Europa siga avanzando a dos velocidades.
Una vez resuelta la salida negociada del Reino Unido, y que algunos de sus países integrantes expliciten la manera más realista de ajustar sus ritmos al proceso de integración económica y política.
La presidencia de Donald Trump con la apuesta por el proteccionismo y contraria a los tratados regionales de libre comercio, especialmente el que se negocia entre Estados Unidos y la UE, obligan a los miembros de la Unión a realizar un esfuerzo adicional para lograr nuevos socios y mercados alternativos para que el conjunto de países adheridos al gran proyecto de unidad europea siga manteniendo el 25% del PIB mundial, y supere sus actuales condicionamientos de distinto orden que les vincula con demasiada rigidez a los Estados Unidos, en detrimento de otras opciones como los países iberoamericanos.