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América Latina se encuentra en un momento de cambio.
Desde el punto de vista social, esta transformación se caracteriza por la emergencia de las clases medias que traen con ellas la alteración de las agendas, las políticas públicas y hasta las mismas relaciones sociales.
En lo que a política se refiere, la transición se debe a los cambios y tensiones que sufren los sistemas de partidos y por los problemas de los propios regímenes políticos para encauzar esas nuevas demandas.
En lo económico, se está acudiendo al fin de la década de auge y crecimiento que ha vivido Latinoamérica basada en los altos precios de las exportaciones de commodities.
Este coctel de transformaciones se ha materializado en un entorno electoral y político está marcado por la heterogeneidad, la volatilidad y la dificultad de mantener las hegemonías de determinados partidos y de ciertos liderazgos que hasta ahora parecían imbatibles e inderrotables en las urnas, ya que ganaban con amplitud y relativa facilidad en los diversos comicios que enfrentaban.
En cuanto a la heterogeneidad política que caracteriza a América Latina, ésta se ha plasmado en 2014 en victorias de candidatos de derecha (Juan Carlos Varela en Panamá), de centro (Juan Manuel Santos en Colombia), de centroizquierda (Luis Guillermo Solís en Costa Rica, Dilma Rousseff en Brasil y Tabaré Vázquez en Uruguay) y de izquierda (Salvador Sánchez Cerén en El Salvador o Evo Morales en Bolivia).