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50- ¿Y qué?

La semana pasada fue mi cumpleaños número 50. Un hito. ¿Por qué los seres humanos celebramos todos los cumpleaños  importantes?  18, 21, 30, 40….¡y ahora 50! ¿Otra fiesta para organizar?  ¿Cuándo termina todo esto?  Terminará cuando acabe la vida. ¡Qué expectativa tan emocionante!

¡50 es un gran número !- Medio siglo. Impresiona. Tiene una cierta seriedad. Da un poco de miedo.

Hay algo seguro: Cuando llegas a los 50, puedes garantizar que las cosas no han salido como las habías planeado. Todos los adolescentes piensan que van a cambiar el mundo. – A los 50 años­– a menos que seas Bill Gates o Steve Jobs (nota: ¡está muerto!) –  se sabe que esto ¡no va a suceder! Así que podemos relajarnos, instalarnos en la madurez y….¡reflexionar!

Cuando era pequeño nunca imaginé que estaría viviendo en España a los 50 años. No pensé que tendría como mascota a un Beagle con sobrepeso que roba comida de la basura. ¡Nunca se me ocurrió que disfrutaría cocinando!

Pensé que tal vez sería periodista, jugador profesional de fútbol o político – Médico, ni hablar – Mis padres eran médicos y eso fue suficiente para descartarlo de – por vida – Nunca pude faltar a la escuela – ¿Gripe? ¿Dolor de garganta? Mi mamá me daría una dosis de penicilina amarilla dulce, pegajosa… ¡y me llevaría a la escuela! ¡Era terrible! ¿Profesor de inglés? Nunca – ¡Nunca lo habría imaginado!

Una edad para reflexionar

Aquí están algunas de mis reflexiones:

A los 50, me doy cuenta de que no puedes culpar a tus padres por cómo han salido las cosas – sobre todo porque,yo mismo como padre tengo la esperanza de que mis hijos no me culpen en el futuro.

A los 50,  sabes que el fracaso no es algo negativo. Si no fracasas en nada, es porque has apostado por lo seguro demasiado tiempo. Salir de tu zona de confort y tomar riesgos es la única manera de descubrir el alcance de tus posibilidades. Fracasar a menudo, como un niño  es la mejor manera de aprender. ¿Acaso alguien ha aprendido a esquiar sin caerse?

A los 50 años, sé que la expresión: «No se pueden enseñar nuevos trucos a un perro viejo» simplemente no es cierta. El aprendizaje es una experiencia para toda la vida – el descubrimiento nunca se detiene ¡afortunadamente! Y si se detiene es que ha llegado el momento de conocer a tu Creador.

Tal y como escribe Ken Budd en The Huffington Post reflexionando sobre su medio siglo“(…)En cuanto a esa figura oscura, turbia en la distancia (la muerte), estoy poniendo mis binoculares lejos. Ella y yo nos reuniremos en algún momento, pero por ahora, y espero que sea un largo ahora, tengo otras cosas mejores que ver(…)”

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