La presencia de la mujer en los niveles directivos de las empresas es cada día más significativa, no solo en términos de cantidad sino en la elevada calidad y mayor responsabilidad de las funciones que cumple dentro de las organizaciones. Ello ocurre en todo el mundo. De allí que resulte útil y necesario conocer las experiencias que se viven en otros países y contrastarlas con las nuestras.
La reputada organización Lee Hecht Harrison (LHH – DBM) ha desarrollado un estudio a profundidad, primeramente en los Estados Unidos y luego en el Perú, que reunió más de 1000 respuestas.
Los resultados y conclusiones que se alcanzan en el estudio merecen ser comentadas y debatidas por un panel conformado por mujeres empresarialmente exitosas y líderes de organizaciones que realmente han logrado marcar una diferencia.
Las conclusiones del estudio muestran que, si bien las iniciativas aisladas son importantes, no son suficientes. El más grande catalizador para potenciar el liderazgo de la mujer se encuentra en los comportamientos efectivos de aquellos líderes que día a día trabajan en la creación de una cultura inclusiva que haga posible que las mujeres prosperen en las organizaciones.
Asimismo, se hace evidente que son tres los pilares que logran que el cambio sea real y eficaz: la cultura organizacional, las prácticas establecidas y exigidas, y la conducta individual.