La cultura, como toda actividad humana, requiere recursos para manifestarse, desarrollarse y decantarse. Obtener esos recursos no es fácil. Los recursos públicos son limitados. Y los recursos privados provenientes del sector productivo no siempre alcanzan el flujo suficiente ni los canales efectivos para apoyar apropiadamente a las distintas manifestaciones culturales.
Pese a estas limitaciones, el Perú de nuestros días es testigo de algunos casos exitosos en varios órdenes culturales (música, teatro, danza y culinaria, entre otros) que constituyen experiencias que resulta muy valioso conocer, compartir y comparar. Escuchar y analizar esas experiencias, tomar conciencia de primera mano de la realidad en cada campo y de las dificultades que debieron ser superadas, constituyen lecciones de las que puede extraerse valiosas enseñanzas.
Por ello, resulta muy ilustrativo escuchar el testimonio de cinco exponentes de distintos campos del arte, que tuvieron que encarar desafíos aparentemente insuperables y que fueron exitosamente vencidos. Ellos tuvieron que utilizar estrategias y principios propios de las empresas, relacionarse con las mismas y lidiar con diversas actitudes de ellas frente a la cultura.